jueves, 28 de julio de 2011

3. El ATAQUE DE LA CRITICA TEXTUAL racionalista contra el Texto Recibido

Entre los primeros "críticos textuales", que pusieron en duda la credibilidad del texto recibido del NT, desempeñaron un papel importante los Jesuitas y otros representantes de la iglesia católica (7), que, alegando las "lecturas" (pasajes) discrepantes, trataban de minar la enseñanza de la Reforma de que la Sagrada Escritura era la única autoridad para los creyentes. La crítica textual les proveyó con la argumentación necesaria para afirmar que la Escritura sola no era suficiente como norma, sino que los creyentes necesitaban la enseñanza y tradición de la iglesia católica para saber con seguridad lo que Dios había dicho.

Con esto querían también defender la posición predominante de la traducción del NT de la "Vulgata" latina usada oficialmente por la iglesia, antes que el texto básico griego; porque la Vulgata se aparta en bastantes puntos de la transmisión bizantina del NT y presenta modificaciones "críticas". Pero este ataque astuto contra los fundamentos de la Reforma fue rechazado por los creyentes y sus líderes en aquel entonces. Ellos consideraban al Textus Receptus como el texto que Dios les había conservado y lo retenían por fe.

En los siglos XVIII y XIX, cuando la ciencia y la teología estaban marcadas cada vez más por la Ilustración, el Racionalismo y la apostasía de la fe, hubo críticos textuales, como Griesbach, Lachmann, Tischendorf y también Westcott y Hort que emprendieron la tarea de intentar reconstruir el texto del NT original, según su opinión por medio de la comparación de diferentes manuscritos más antiguos. Todos ellos desecharon la norma autoritativa del texto transmitido y lo calificaron a él y a la transmisión del texto mayoritario en que se basaba de ser un texto malo y corrupto que se habría originado por una elaboración posterior. Por otra parte explicaron que los poquísimos manuscritos muy antiguos de la transmisión alejandrina (que parte de la ciudad egipcia de Alejandría) serían los únicos testigos fiables del texto original. (8)

Las recriminaciones de los críticos textuales contra el texto recibido de la Reforma

Los críticos textuales afirmaban que el texto recibido de la Reforma no era fiable, porque sólo estaba contenido en manuscritos más tardíos. De hecho, en el clima húmedo del territorio mediterráneo, los manuscritos de pergamino tenían normalmente una vida de 150-200 años como mucho y tenían que ser reemplazados entonces por nuevas copias. De ahí se explica que la mayoría de los testigos del texto mayoritario sean del Siglo VIII al Siglo XIV. Pero también hay manuscritos de los siglos V y VI que testifican del texto mayoritario, y ya en los papiros más tempranos que se han conservado se hallan formas textuales típicamente bizantinas.

El hecho de que el texto mayoritario estaba atestiguado con asombrosa uniformidad por muchos cientos de manuscritos de diferentes siglos y diferentes regiones del cristianismo, trataron de explicarlo Westcott y Hort de esta manera: según ellos habría habido en el siglo IV una reelaboración y unificación llevada a cabo por la iglesia (la llamada "Recensión Luciana"). Según ellos entonces se habrían armonizado y retocado diferentes transmisiones más antiguas para formar un nuevo "texto uniforme".

Sin embargo, no se hallaron pruebas históricas de ninguna clase para esta afirmación arbitraria. Una revisión del NT griego tan transcendente, aprobada por todos los obispos, con toda seguridad habría tenido que ser documentada en alguna parte. Tanto los hallazgos de antiguos manuscritos en papiro, como las citas antiguas de los "Padres de la iglesia" y las traducciones, muestran que la transmisión del texto mayoritario ya había tenido que existir antes del Siglo IV. De manera que esta teoría ya la han desechado la mayoría de los críticos textuales. (9)

Unido a esto afirmaban que las lecturas del Textus Receptus tan lógicas entre sí, de un lenguaje claro y doctrinalmente sanas no podían ser originales, sino que tenían que ser el resultado de una amplia reelaboración redaccional. Añadido a esto se planteó la suposición de que los copistas del NT habrían tenido más bien la tendencia de mejor corregir de por sí las palabras de las Sagradas Escrituras que tenían delante y de ampliarlas por medio de adiciones, antes que de omitir algo (sin querer o intencionalmente). De ahí que las "lecturas" (o variantes) más oscuras y más difícilmente comprensibles habría que considerarlas como las originales, igual que las lecturas que ocasionaron diferencias entre las transmisiones de los evangelios.
En algunos manuscritos muy antiguos de Alejandría y Egipto, los críticos textuales hallaron el texto del NT que más se aproximaba a la idea que ellos tenían de lo que debía ser el "texto original". Estos manuscritos omitían muchas de las palabras testificadas en el 90 % de los manuscritos de las Sagradas Escrituras, sustituían otras por expresiones más oscuras y difíciles de comprender, contenían numerosas contradicciones y faltas gramaticales. A estos manuscritos se les atribuyó una transmisión texual prácticamente libre de errores y "neutral".
La transmisión bizantina, por el contrario, fue tratada con desprecio. Se dijo y se dice que sería "falsificada" y "desfigurada", que sería un texto "normalizado y oficialmente impuesto", que "con violencia había sido encerrado en un rígido esquema". Su divulgación habría sido "dirigida desde una central" (10). El crítico textual Hort a la edad de 23 años expresó sus prejuicios contra el texto tradicional de la siguiente manera: "Hasta hace algunas semanas yo no tenía ni idea de la importancia de los textos, porque había leído tan poco del Testamento griego, y me arrastraba pesadamente con ese vil Textus Receptus (...) Pensar en ese horrible Textus Receptus que se apoya totalmente en manuscritos tardíos; es una bendición que haya estos tempranos".(11)


Continuará...




(7) Obsérvese sobre este tema los trabajos muy reveladores en Letis (Ed.) The Majority Text, especialmente las pp. 126s y 145-190.


(8) Una presentación crítica muy buena de los métodos y fundamentos de la crítica textual se encuentra en Wilbur N. Pickering: The
Identity of the New Testament Text (180p) Nashville (Thomas Nelson) 1980.
(9) Comp. Pickering, Identity, p. 93ss
(10) Comp. Bruce M. Metzger, A Textual Commentary on the Greek New Testament, 2ª ed. Stuttgart (Dt.
Bibelgesellschaft) 1994, p. 7*; Kurt u. Barbara Aland, Der Text des Neuen Testaments. Einführung in die wissenschaftlichen
Ausgaben und in Theorie wie Praxis der modernen Textkritik. Stuttgart (Dt. Bibelgesellschaft) 2ª ed. 1989, p.79.
(11) Citado según Pickering, Identity, p. 31. Este pasaje dice en el original: "... and dragged on with the villainous [= vil,
malvado, malísimo] Textus Receptus ... Think of that vile [= vil, horrible, pésimo, asqueroso] Textus Receptus...".

 "La transmisión del texto del Nuevo Testamento y nuestras Biblias de hoy"  Capítulo III

por Rudolf Ebertshäuser

lunes, 18 de julio de 2011

2. Breve resumen de la HISTORIA DEL TEXTO GRIEGO RECIBIDO de la Reforma

El texto griego recibido de la Reforma (3), también denominado Textus Receptus (=TR) tiene sus raíces en tiempos anteriores a la Reforma. La transmisión textual en que se basa se remonta al ancho cauce de manuscritos bizantinos y hasta los mismos originales. Coincide esencialmente con el texto de aproximadamente el 90 % de los más de 5.000 manuscritos griegos conocidos del NT, que en la crítica textual están agrupados bajo la expresión "Koiné", texto "bizantino" o "Texto Mayoritario" (Majority Text = MT). Esencialmente, todos estos manuscritos dan testimonio del mismo texto del NT generalmente reconocido durante siglos en todo el territorio de habla griega. Después de 14 siglos, esta transmisión del texto desembocó en el Textus Receptus. Se puede decir que el Textus Receptus representa una forma especial del texto bizantino o mayoritario.
En todo el territorio donde se difundió el NT, el texto mayoritario es una transmisión testificada que tuvo su origen en las iglesias del primer siglo de Grecia y Asia Menor. Fue preservado y transmitido en los siglos subsiguientes (principalmente por la iglesia griega) en multitud de manuscritos. Ya en el Siglo II está atestiguada esta transmisión del texto; hasta el Siglo IV fue ganando cada vez más influencia. Esto lo prueban los papiros tempranos, las citas bíblicas de los primeros Padres de la iglesia y las traducciones de la Biblia del Siglo II, sobre todo la Peshita siríaca.
Como muy tarde en el Siglo V, la transmisión mayoritaria era la forma textual predominante reconocida por la mayoría de los cristianos greco-hablantes. De ahí que más o menos el 90 % de todos los manuscritos hoy conocidos contienen precisamente esta forma textual. Estos manuscritos entraron en Europa Occidental después de la caída de Bizancio y despertaron el interés por el texto griego del NT, después de que hasta entonces estaba difundida casi exclusivamente la Biblia latina oficial de la iglesia, la Vulgata.

El origen del Textus Receptus en el siglo de la Reforma

Tras años de estudios preliminares, el erudito humanista Erasmo de Rotterdam, que era un extraordinario conocedor del griego, habiendo visto y analizado manuscritos del NT en muchas bibliotecas, publicó en 1516 una versión del Nuevo Testamento griego, que se divulgó ampliamente y fue reeditada varias veces. Se basaba en manuscritos procedentes de la transmisión mayoritaria, aunque en algunos lugares del texto también se apartaba de ella.
Algunas publicaciones influidas por la crítica textual realzan que esta edición se hizo con prisas y que contenía algunos errores. Pero dejan de decir, que esta primera edición del Nuevo Testamento en griego en aquel entonces fue una obra pionera que abría nuevos caminos, y dejan de decir también la importancia espiritual revolucionaria que correspondió precisamente a este libro.
El Textus Receptus de Erasmo en ningún modo fue un trabajo chapucero ocasional, motivado, si cabe, por intereses de lucro, como afirman ciertos defensores de la crítica textual. Indiscutiblemente, Erasmo fue el mayor erudito de su tiempo y se había ocupado durante años con el NT griego. En sus viajes de investigación ya en años anteriores había analizado diferentes manuscritos del NT y llevado a cabo una traducción del NT griego al latín. Por lo que hoy sabemos, él conocía la gran mayoría de los pasajes que se apartan del texto transmitido, pasajes que la crítica textual hoy aprueba, pero él los desechó como erróneos (4). Aunque oficialmente no se salió de la iglesia católica y no sabemos si fue creyente, tenía bastante más reverencia por la Biblia como Palabra revelada por Dios que la mayoría de los críticos textuales de hoy, y era su anhelo que las personas sencillas de Europa pudieran leer el Nuevo Testamento (5).
Por la providencia de Dios, él mismo fue un instrumento decisivo para que se hiciera realidad este deseo. La prisa con la que preparó su primera edición, nosotros los creyentes de hoy deberíamos considerarlo a la luz del hecho que sólo un año después, en 1517, comenzó la Reforma. El texto publicado por Erasmo constituyó la base para la traducción del NT de Lutero en 1522 y también para el NT de la Biblia de Zurich ("Froschauer Bibel") de 1529.
El impresor Robert Estienne ("Stephanus") que se había convertido y después emigró de Francia, publicó varias versiones del NT griego entre 1546 y 1551, que se basaban en la versión de Erasmo, pero mejorándola en varios detalles. La versión de Stephanus del Textus Receptus de 1550 ha llegado a ser una de las más importantes e influyentes. También el reformador suizo Theodor Beza y los editores holandeses Elzevir publicaron en los años 1565-1604 y 1624-1678 respectivamente numerosas versiones de este texto.
Este texto, por lo tanto, con razón se denomina el texto recibido de la Reforma. Los líderes y maestros de la Reforma (entre los cuales algunos como Beza, por ejemplo, habían estudiado a fondo la transmisión de los manuscritos) en todos los países lo aceptaron. Y también otros creyentes como los Valdenses y Anabaptistas (6). Todos ellos reconocieron al Textus Receptus como texto del NT conservado y sacado a luz por la providencia de Dios.
Por la soberana dirección de Dios, precisamente este texto fue la base de todas las Biblias de la Reforma, no sólo la de Lutero, la de Zurich y la del Rey Jaime, sino también la Biblia de Olivetan, la de Ostervald (francesa), la de los Países Bajos, la Reina-Valera española y muchas otras más. Por causa del principio básico de que solamente la Biblia debería ser la suprema autoridad para los creyentes, en cierto sentido este texto llegó a ser el fundamento reconocido de la Reforma, la base determinante para todas las doctrinas y la predicación. Lo mismo es válido para las iglesias anabaptistas y los Husistas. 


Continuará...

(3) Informaciones fundamentales sobre el Textus Receptus se hallan en los siguientes títulos que se utilizaron para este trabajo: David Otis Fuller (Ed.): Which Bible?; Theodore P. Letis (Ed.): The Majority Text: Essays and Reviews in the Continuing Debate. Edward Freer Hills: The King James Version Defended. El texto mismo, donde mejor se puede estudiar es en la siguiente versión, que es la que contiene la mayoría de los cambios críticos en el aparato de notas: The Interlinear KJV Parallel New Testament in Greek and English. Based on the Majority Text [en realidad: Stephanus 1550] With Lexicon Synonyms. George Ricker Berry. Véase la Bibliografía en el Apéndice.

(4) En las notas a su edición, Erasmo discute numerosas variantes de "Nestle-Aland", como por ejemplo Jn 7:53-8:11 o 1 Tim 3:16 -comp. Hills, King James Version, pp. 194-199.

(5) Comp. su introducción al NT griego de 1516 en: "Wegbereiter der Reformation" (Ed. G.A. Benrath), Wuppertal (R. Brockhaus) 1988, pp. 527-537.

(6) Con esto no nos referimos a la secta antibíblica de los "Anabaptistas" münsteristas, sino a las iglesias Anabaptistas serias y fieles a la Biblia, como las que se formaron alrededor de Menno Simons, de las que surgieron entre otros los menonitas.

 "La transmisión del texto del Nuevo Testamento y nuestras Biblias de hoy"  Capítulo II

por Rudolf Ebertshäuser

domingo, 10 de julio de 2011

1. La importancia de la BASE TEXTUAL GRIEGA para las traducciones españolas del Nuevo Testamento.



Cada versión del Nuevo Testamento (NT) en lengua española es una traducción de un texto griego del NT. Este texto básico griego, por su parte se basa en los más de 5.000 manuscritos griegos del Nuevo Testamento que conocemos hoy. Estos a su vez son todos copias de copias anteriores que al final se basan en los manuscritos originales. Las palabras de cada traducción de la Biblia quedan determinadas por las palabras de la base griega que se utilice en la traducción. Por eso es de mucha importancia para todo lector de la Biblia, saber en qué texto básico se apoya la Biblia que él utiliza.



Las traducciones de la Biblia que surgieron de la Reforma y el "Textus Receptus" del Nuevo Testamento.

Se puede decir que todas las traducciones de la Biblia a las lenguas comunes o vulgares de las diferentes naciones se remontan al tiempo de la Reforma. Por la gracia de Dios en aquel entonces los pueblos de Europa y aún más allá de este continente recibieron las Sagradas Escrituras en sus propias lenguas. En muchos países terminó el negro dominio de la iglesia católica, que privaba a las personas de la verdad de la Biblia e impedía, en parte de manera sangrienta, cualquier traducción de la Biblia a las lenguas populares. En los siglos que siguieron, la Palabra de Dios libremente accesible produjo frutos maravillosos en la salvación de muchas personas. La Biblia se tradujo a cada vez más lenguas populares, cuando los mensajeros llamados por Dios llevaron el evangelio a todo el mundo. Millones de personas en todo el mundo fueron tocados, iluminados y llevados a la conversión y al nuevo nacimiento por la Palabra de Dios. Para ellos la Sagrada Escritura llegó a ser la autoridad suprema de su vida espiritual.
Desde el tiempo de la Reforma hasta finales del Siglo XIX todas las traducciones protestantes de la Biblia, como por ejemplo la de Lutero, la Biblia original de Zurich, la Biblia del Rey Jaime (King James) de Inglaterra, la versión de Reina-Valera en España y otras, para el Nuevo Testamento se basaban en un mismo texto griego, el llamado "Textus Receptus" ["Texto recibido o aceptado por todos"]. Este había sido publicado por primera vez en el año 1516 por el erudito Erasmo de Rotterdam. Todos los reformadores recibieron este texto como dado por Dios y fiable. Pero también le aprobaron unánimes millones de creyentes de distintas convicciones. De modo que el Textus Receptus del Nuevo Testamento fue durante más de 350 años para todos los creyentes la base fiable e indiscutida de su fe.


El surgimiento de la crítica textual y de las Biblias críticas (1)

Pero con el Siglo XIX ganó influencia la ciencia de la "crítica textual" entre las iglesias y los teólogos. Ésta pretendía construir un texto básico "mejor", más aproximado al texto original, por medio del examen de manuscritos (abrev.: mss) particulares y suposiciones propias. Al hacerlo se apoyaban en algunos manuscritos muy viejos que en numerosos pasajes se apartaban del texto recibido de la Reforma. Algunos de los más conocidos críticos textuales del Siglo XIX son Constantin Tischendorf, Brooke Foss Westcott y Fenton John Anthony Hort. Frente al Textus Receptus pusieron ediciones críticas del NT griego, que contenían numerosas tachaduras y cambios del texto bíblico transmitido durante siglos. Al cabo del tiempo adquirió cada vez más
importancia la edición del crítico textual alemán Eberhard Nestle. Después de éste continuaron su trabajo su hijo Erwin Nestle y luego Kurt Aland. La edición "Nestle-Aland" (= NA) del NT griego es hoy el texto estándar para teólogos y sociedades bíblicas.
Paso a paso los cambios originados en el texto tradicional por la crítica textual fueron penetrando en las versiones de la Biblia. Con la publicación de la English Revised Version de 1881, que debía sustituir la Authorized Version ("La Biblia del Rey Jaime") de 1611, por primera vez una gran traducción de la Biblia se basó en un texto básico crítico del NT compilado por la crítica textual. Pero esta revisión halló poca aprobación entre los creyentes ingleses. Hasta el día de hoy, la Biblia del Rey Jaime ocupa un lugar especial en los países de habla inglesa y es apreciada y conservada por muchos creyentes que creen fielmente en la
autoridad e inspiración de la Biblia.
Hasta 1912, en Alemania la Biblia de Lutero aún se basaba íntegramente en el Textus Receptus. En 1912 sólo se cambiaron unos pocos pasajes. La incursión de la crítica textual vino con la revisión de 1956. Desde entonces la Biblia de Lutero por lo general sigue el nuevo estándar del texto crítico de "Nestle-Aland". La Biblia alemana de "Schlachter" (1905) por lo general siguió el Textus Receptus y le conservó especialmente en los pasajes espiritualmente importantes. Con algunas restricciones, esto se puede decir también de la antigua traducción de Elberfeld (1855). Las traducciones y revisiones más recientes se basan casi exclusivamente en Nestle-Aland. En España las versiones Reina-Valera 1909 y 1960 se apoyan casi totalmente en el Textus Receptus, mientras que las traducciones modernas como la de "Dios habla hoy" y la "Biblia de las Américas" presentan muchos de los cambios críticos por tomar el texto de Nestle-Aland
como base.


¿Textus Receptus o Nestle-Aland?


Los lectores de la Biblia española, por lo tanto, pueden escoger entre dos clases distintas de traducciones del NT: versiones basadas en el texto de la Reforma y versiones que se basan en un texto científico-crítico con omisiones y cambios. Pero la mayoría de los lectores en muy pocos casos son conscientes de la diferencia. Esto se debe en parte a que más del 80 % del texto neotestamentario no se ve afectado por las diferencias textuales. Muchos lectores más jóvenes ya no conocen las Biblias basadas en el texto tradicional.
Es lamentable que a menudo también entre los lectores más maduros y predicadores de la Palabra de Dios se sepa tan poco sobre la historia y las causas de la incursión de la crítica textual en nuestras versiones de la Biblia. La mayoría de los lectores de la Biblia se conforman con las explicaciones dadas en las nuevas revisiones y versiones que dicen basarse en el texto griego fiable del NT según los más recientes conocimientos científicos. Y es lógico, pues no tienen ninguna clase de información o argumentos contrarios que rebatan estas afirmaciones.
Entonces ¿ha perdido su puesto el texto recibido de la Reforma, como consecuencia del avance científico y sería justificado desecharle como tantas otras cosas? Un buen número de creyentes serios no son de esta convicción. Sobre todo en los Estados Unidos de América hay muchos creyentes fieles a la Biblia que consideran hoy todavía al Textus Receptus como el texto del NT conservado y dado por Dios. También en los países de lengua alemana muchos lectores de la Biblia de avanzada edad no han dejado la Biblia de Lutero de 1912, porque sentían que con las revisiones desde 1956 en adelante se cambió más que algunas meras palabras anticuadas. En el año 1999 se publicará en Alemania la Biblia revisada de Schlachter, y con ella una traducción del NT que se basará exclusivamente en el texto recibido de la Reforma.
Muchos lectores se preguntarán por qué al final del Siglo XX se toma como base de una traducción de la Biblia un texto acerca del que han oído que sería "anticuado" y "poco fiable".Pero hay buenas razones para defender el texto recibido de la Reforma e incluso para volver a él conscientemente - precisamente hoy en día, cuando la crítica bíblica y el poner en duda la Palabra de Dios se está extendiendo cada vez más. A continuación quiero intentar dar unas informaciones acerca de lo que es el texto recibido de la Reforma y explicar porqué los creyentes que creen fielmente en la autoridad e inspiración de la Biblia aún hoy lo pueden aceptar como el texto del NT que Dios ha guardado y transmitido con toda garantía.

Continuará...


(1)  Cuando hablamos de "Biblias críticas" nos referimos a Biblias que tienen como base un texto griego establecido por la crítica textual.

 "La transmisión del texto del Nuevo Testamento y nuestras Biblias de hoy"  Capítulo I

por Rudolf Ebertshäuser